De hecho, las asociaciones de jueces unánimemente se han levantado críticas y desobedientes ante los recortes económicos y de derechos y libertades. Los militares también se han expresado en ese sentido asegurando que todo tiene un límite que se está sobrepasando. Y la propia polícia, que custodia las Cortes (como temíendose un golpe de estado popular) ante las manifestaciones de distintos colectivos ciudadanos y sociales, decide solidarizarse con los manifestantes quitándose el casco y cruzándose de manos. Nada de esto está trascendiendo por los medios de comunicación, pero es tan real como los recortes.
La lástima es que cuando el poder ve amenazado su estatus carga toda su furia aplastante contra los que están más abajo y éstos sólo se mueven si sienten directamente sus aguijones sobre sus hombros. Así que, parece que será necesario que todos, absolutamente todos, nos movilicemos tras sentir las puyas y no nos baste con ver cómo se clavan en los demás. Con más sentido de la solidaridad no esperaríamos a que todos suframos.
Saludos.
Alejandro.
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