La OTAN. (De Palanganeros a Mamporreros)

Eso es lo que son los pueblos o las naciones que conforman la  mal llamada Alianza Atlántica y que en un tiempo no muy lejano siendo presidente del Estado Español él, indecente Felipe González a través de, una consulta trampa y no respetando la voluntad del pueblo que en su mayoría fue la no incorporación, entramos  a formar parte de la misma.

En estos días pasados que han repuesto en los medios de comunicación las escenas de la tortura y muerte del líder Libio, Muamar  Gadafi y,  reflexionando sobre la locura que nos ha conducido a participar de forma directa en tales atrocidades y que algunos llaman Primavera Árabe pero que,  para nosotros no son más que viles genocidios cometidos en nombre de la mal llamada DEMOCRACIA. Vaya por delante que no defendemos a ningún dictador pero tan execrable nos parece uno como otros que son capaces de cometer tales crímenes contra la humanidad y contra personas en concreto pues es sabido que el líder Libio llegó a ser empalado en vida. En manos de qué monstruos hemos puesto los destinos de esos pueblos a quienes de forma hipócrita decimos llevarles la libertad y la democracia pero solamente les dejamos la muerte, odio, tragedia, en fin…

¿Qué ocurrió ante estas imágenes para que quien era nuestro amigo se convirtiera en enemigo abatir?

 

¡Ay criminales a sueldo del imperio!

Un dato muy importante es que quien facilitó la captura del citado personaje fue un avión de combate español que, a través del tratado criminal al que pertenecemos, operaban en esa vil contienda. 

Y así ha ocurrido con todos los demás países del Próximo Oriente y ahora le toca a Siria y mañana será a Irán a quien le impongamos nuestra mal llamada DEMOCRACIA. Esto no sirve para las monarquías de Arabia Saudí y de otros tantos tiranos, pero ellos son nuestros amigos y, por muy criminales que sean,  como alguien dijo ya antes que nosotros “son nuestros criminales”

Fuimos palanganeros durante la primera guerra de Irak tras la invasión de Kuwait. En aquella situación como el palanganero en los antiguos e infames prostíbulos que llevaba el agua para que tanto la meretriz como el usuario del servicio se pudiesen asear sus genitales tras la coyunda. Nosotros poníamos nuestros aeropuertos y combustibles para que los aviones del imperio fuesen a sembrar la muerte y la destrucción de miles de inocentes iraquíes. Esto ha ocurrido así en más de una ocasión y altas jefaturas del estado español han tenido su compensación y reconocimiento por el servicio de palanganero.

El imperio nos ha ascendido al grado de mamporrero porque nuestra participación en las agresiones criminales se parece más a la figura casi literaria de, aquel que sostiene con la mano el inmenso órgano reproductor del ganado caballar para ser introducido en el de la hembra. 

Esa es nuestra participación actual en una organización criminal que va dejando tras de sí un reguero de sangre, muerte y destrucción en nombre de la mal llamada DEMOCRACIA pero que a nadie se le oculte que detrás de todo esto, lo que hay son meras ambiciones con que se disfrazan las grandes industrias del armamento, del petróleo y todos aquellos recursos naturales que poseen estos pueblos a los que pisotean una y otra vez,  asesinando en nombre de algo tan bello como es la LIBERTAD.

De todos estos enormes gastos que dichas aventuras belicistas a las que como fieles comparsas estamos acudiendo acompañando al imperio con una fidelidad perruna, de ahí no recorta el indeseable Rajoy y toda la pandilla de ineptos e impresentables peperos junto con los no menos indeseables corruptos miembros del partido socialista que dice ser obrero español…ambos para nosotros, cuña del mismo palo.

Si palanganeros y mamporreros son unos, tanto más merecen el título otros…

Con los recursos económicos que se despilfarran sembrando el terror, la destrucción y la muerte, fácilmente se puede erradicar la enfermedad, el hambre y la miseria en el mundo entero. Sólo falta la voluntad de los pueblos por cambiar a los actuales criminales que nos gobiernan…

Cómo decía el desaparecido Don José Antonio Labordeta en su canto a la libertad: “tal vez ese mañana ni usted ni yo ni el otro lo lleguemos a ver pero habrá que empujarlo para que pueda ser”