sábado, 18 de agosto de 2012

"Incendios y culpables"


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martes, 14 de agosto de 2012
José M. Balbuena Castellano

ImageDa la sensación de que sobre Canarias ha caído una maldición. No salimos de una desgracia para que nos caiga otra. Desde hace algún tiempo el fuego está destruyendo lo más preciado de nuestra naturaleza, y vemos como uno de los bosques más importantes de laurisilva de estas islas, (el Garajonay)  está siendo engullido por las llamas.  Gran parte de los bosques de Gran Canaria fueron destruidos hace unos pocos de años debido a un voraz incendio, que, además, fue provocado. 
Un paisaje desolado, casas quemadas, fincas arrasadas y destrucción de una valiosa biodiversidad desaparece ante nuestros ojos, llenándose de congoja y de impotencia, por muchos esfuerzos que se hayan hecho para impedirlo. Y lo mismo ha ocurrido en Tenerife o en La Palma.
Existe también, en una buena parte de nuestra población, una rabia sorda  porque todos sabemos que no se ha obrado con la celeridad ni coordinación que estos casos requieren. Todos sabemos que ha fallado algo primordial, como es la PREVENCIÓN. Todos sabemos que Canarias no cuenta con  los medios  suficientes  adecuados, ni con el personal necesario para este tipo de emergencias. Todos sabemos, además, que no se puede esperar a que vengan de la Península hidroaviones y helicópteros, cuando ya las llamas hace rato que se han propagado, en un terreno abrupto, con materiales inflamables que han permanecido ahí, esperando que salte la chispa (nunca mejor dicho) para que el fuego realice su labor destructiva.
Y uno se pregunta, ¿para qué los cabildos, o el propio gobierno de Canarias, han asumido el cuidado y la preservación de los bosques y parques nacionales o naturales si no cuenta con los medios para hacerlo? ¿Para que han asumido esas competencias si no tenemos siquiera una base de aviones contra incendios, dispuestos a actuar desde el primer momento, cuando aún es posible controlarlos?  Gente, el pueblo, especialmente los que están más concienciados en asuntos de defensa y conservación de la naturaleza, (y no hace falta ser un ecologista de toda la vida para esto)  está asombrada de tanta incompetencia, de tanta desidia, de que señores que deberían tener responsabilidad, se queden impasibles y no hagan lo que hay que hacer para que no ocurra esto. Ahora todos salen en los medios informativos para llorar un poquito y hacer creer que no duermen siquiera ante tanta desgracia.   Si hubiese detectores de incendios, o torres de vigilancia, personal suficiente, o limpieza esporádicas de montes, bosques y barrancos, no ocurriría esto. Si tuviésemos, por ejemplo, una industria, una empresa que  se dedicara a recoger las ramas, los troncos de árboles, la pinocha y todos los matorrales y malas hierbas que se dispersan, y convirtiésemos ese material en abonos orgánicos, en compost,  y  en leña para hornos y barbacoas y otros usos, tendríamos una excusa para limpiar y así disminuir el peligro de incendios, que para unas islas como las nuestras es una auténtica catástrofe.
 Cuando se detecta en más mínimo contado de fuego, los detectores y los vigilantes tienen que avisar inmediatamente para que acudan los servicios de incendios ¿Cómo no se va a propagar un incendio si llegan tarde y además tienen esperar que funcione un protocolo absurdo, para ver a quien le toca actuar, o aguardar a que “nos hagan el favor de enviar” aviones y otros medios desde una España peninsular que estána 1.500 o 2.000 kilómetros de distancia?
¿Cómo no  se van a producir incendios si uno va por las carreteras de las islas y encuentra las cunetas de material inflamable, las laderas de llenas de pinocha y piñas, los barrancos cubiertos de matorrales, los abandonados prados cubiertos de altas hierbas que con la sequía circundante  se convierten en yesca, en pólvora? ¿Cómo piensan cortar el avance de un incendio si no existen cortafuegos (que para eso están), y a  veces no hay siquiera una pista de tierra para que accedan los servicios de incendios? ¿Será verdad también que algunos de estos incendios han sido provocados?. Esto es una acción criminal y el culpable o culpables, deben pagarlo, con severas penas.  Han puesto en peligro vidas humanas; han contribuido a eliminar nuestra masa forestal; han arruinado a muchas personas que se han quedado sin sus medios de vida y sin hogar. Angustia, miedo, incertidumbre...¿Qué le pasa a esta tierra?
Si ustedes se dan una vuelta por los montes y pueblos de la medianías de Gran Canaria, afectados por la mayor sequía que ha sufrido esta isla, podrán ver que todo está a punto para que se inicie un incendio. Y así, poco a poco, vamos perdiendo todo ese patrimonio natural, entre fuego y fuego que poseemos , entre desidia y  desidia. Eso sin contar con la desorganización que existe a la hora de ordenar el territorio, a la hora de construir infraestructuras turísticas sin una planificación correcta y racional. ¿Es que eso no importa?
Un presidente compungido por lo que está sucediendo. Unos señores dando ruedas de prensa en la Autonómica, para que no digan que no sirve para nada, unos absurdos argumentos, buscando a un culpable incendiario que sirva de chivo expiatorio de una situación que se podía haber paliado, si se hubiese actuado con cordura, con racionalidad y, repito, previniendo y estando preparados adecuadamente.  La verdad es que toda esa escenificación y parafernalia del momento es bastante patética.

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