
Un nuevo esperpento de democracia fue el vivido y por
nosotros escuchado pleno municipal del ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife
el pasado día 20 del corriente mes.
Ya nosotros éramos conscientes de la unión PSOE – CC en las
instituciones canarias y concretamente en la de la capital, les unían oscuros
intereses. Y no aquellos que decían o que dicen ser los intereses del pueblo. Pero
en dicho pleno se puso de relieve que la corrupción llega más allá de lo
imaginable y eso que nosotros sabíamos que llegaba hasta los confines de
Buenavista del Norte, más concretamente alrededor del campo de golf de dicha
localidad. Ahí se construyó en su día el mismo y, si la justicia, cosa que
dudamos, lo fuera de verdad para todos, así como todos los caminos llevan a
Roma, aquí hasta las veredas nos llevarían al chanchullo y estafa de las
Teresitas, Plan General de Ordenación Urbana, Valle de las Huertas y un largo
etcétera.




Conocido es por toda la opinión pública tinerfeña mínimamente
informada, cosa esta no muy fácil pues no en vano amén de unos pocos medios de
información alternativos, el resto comen del pesebre del poder…pero así y todo,
se conocen las personas que corrieron apresuradamente a cobrar su comisión u
mordida por darle cobertura legal a la mayor estafa que algunos califican de
libro y que se perpetuó entorno a la
playa de las Teresitas y sus aledaños. Sabido es, quien presidía la Comisión de
Créditos conflictivos de la entonces Caja Canarias, entidad esta que también se
prestó como no podía ser de otra manera a los tejemanejes de los de siempre o
sus herederos.
Lo sorprendente en este pleno para nosotros es que puso al descubierto lo que ya
sospechábamos, que el muñidor de todo esto no fue solamente el ex alcalde y
ahora senador Miguel Zerolo. Quien junto con Pinocho y el Abuelo de Heidi,
están resguardados ahora en el Senado con la mera intención de que la Justicia
no les alcance y esperar a que escampe.
Lo no conocido es que el señor Julio Pérez, al parecer,
también se revolcaba y se revuelca en el mismo lodazal. Pero ya estamos
cansados de pensarlo y de decirlo, que los pueblos muchas veces se merecen lo
que tienen y si execrable es y, ha sido
el comportamiento de quienes nos han estafado, tanto más deplorable es el
comportamiento del pueblo damnificado que permanece oculto como lagartijas
debajo de las piedras esperando que otros den la cara en defensa de sus
esquilmados bienes.
Ahora que tanto se invoca la necesidad de recursos para
resolver problemas tan básicos de la población canaria en general y tinerfeña
en particular como son la sanidad, educación y hasta la alimentación, es bueno
recordarle a este pueblo alienado el despilfarro en trenecitos, auditorio (más
de 25.000 millones de las antiguas pesetas) recinto este que sólo sirve para
satisfacer el ego de aquellos malos políticos que hemos sufrido…
Los puertos sin barco, los anillos insulares y un sinfín de obras
inacabadas u abandonadas como los hospitales del norte y del sur. Todo ello
para mayor gloria de esta panda de cuatreros que dicen ser canarios y se han
parapetado detrás de unas siglas políticas para su vil enriquecimiento personal
sin escrúpulos y de conciencia cero.



También es bueno hacer memoria cómo fueron calificados por
los voceros del régimen aquellas personas o colectivos que con manifestaciones
en la calle denunciábamos que ese no era el camino, que teníamos otras
necesidades. Para todos aquellos que con su cobardía desoyeron esas voces y
para ellos mismos, nos espera una larga penitencia y un prolongado calvario,
amén de que no profesamos ninguna religión.

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