Eso es lo que hemos sentido en estos días ante los
acontecimientos políticos y sociales que han tenido lugar.
Sentimientos tal vez  contradictorios pues tienen que ver con la
indignación, alegría y decepción.
Indignación por el comportamiento en el Parlamento Nacional
de los Diputados del PP. 
 
Hemos aprendido a lo largo de la vida que nunca falta tiempo
para ser maleducados pero creo que esta vez nos perdonarán la licencia.
 
 ¿Qué es
lo que aplaudían estos cabrones cada vez que, su balbuceante líder, le robaba
la cartera a la inmensa mayoría de hombres y mujeres de este país para
entregarle el botín al capitalismo alemán y francés? ¿Hasta cuándo soportaremos
a ésta caterva de impresentables embusteros? ¡Llámese PP o llámese PSOE! Qué dirigen
nuestros destinos…
 
Alegría por la respuesta de los mineros, orgullosos nos
sentimos de pertenecer a su clase (trabajadores del mono azul) pero de grandes
principios y con un gran sentido de la dignidad. Ellos nos han enseñado a lo
largo de la historia que el futuro no pertenece a quienes se arrodillan ante el
poder. Sólo a los que luchan. Eso les corresponde…
Que aquel que combate el abuso puede perder pero el que no lo
hace está perdido. 
 
 
También hemos sentido alegría por todos aquellos colectivos
que  por primera vez en lo que hay memoria,
están tomando las calles manifestando y denunciando a aquellos que les roban y
pretenden esclavizarles. 
Tristeza y decepción porque no lo hayan hecho antes, tal vez
no conocían aquel viejo refrán que dice: “cuando las barbas de tu vecino veas
pelar, pon las tuyas a remojar…”
Tampoco se interesaron por aquello que, Berthold  Brecht nos dijo en relación con los hechos que
ocurrieron en la Alemania nazi y que no vamos a repetir por no cansar.
Hace ya muchos años, cuando la mayoría de los que hoy ocupan
las calles reclamando sus justos derechos, también votando a aquellas opciones
políticas que nos han llevado hasta aquí, ha habido otros sectores productivos
de la sociedad que han sufrido el desmantelamiento y destrucción de miles y
miles de puestos de trabajo (sectores de la siderurgia, naval, minero, de transportes,
primario, comerciantes y un largo etcétera) ellos permanecían en el falso
paraíso de sus mezquinas ambiciones. Pero junto a estos pensamientos y
reflexiones les damos la bienvenida, ¡en la lucha nos encontraremos…!
 
 
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